La piedrota en el zapato demócrata

John Fetterman. Gigante, tatuado, calvo, con hoodie y bermudas, un día salió de la alcaldía de  Braddock, Pensilvania… y terminó en un curul en el Senado. Una figura que parecía sacada de una comedia medieval… hoy es el portaestandarte moral del Partido Demócrata.

Él es el mismo que entró al Senado con derrame cerebral, depresión, y quién sabe qué más. Hoy es la piedrota en el zapato de los demócratas que desean que se calle de una vez y por todas.

En la bancada demócrata, Fetterman es el único que defiende a Israel, se burla del movimiento “woke” y dice lo que piensa… en un partido donde pensar es un pecado capital.

Fetterman es, sin duda, el caso más curioso de nuestra fauna política. Montado en su burro ideológico, con látigo en mano, atiende a las sesiones del Congreso como si estuviera arreando ganado. ¡Y quizás lo esté!