Deporten a la rubia

Estocolmo, Suecia.- No era cubana. Ni venezolana. Ni siquiera africana.Era escandinava. Rubia, blanca, activista y con cara de indignada. Ni el cambio climático salvó a la rubita sueca de ser deportada.

Se subió a un barquito de “ayuda humanitaria” rumbo a Gaza, cargada de símbolos, pancartas y superioridad moral. Quería salvar al mundo… desde el Mediterráneo.

Pero Israel, más práctico que poético, la bajó de su nube. Intercepción, arresto… y deportación. Sin drama. Sin asilo. Sin parole… ¡Sin nada! Solo bastó una palabra: ¡fuera!

A diferencia de este caso, cuando Donald Trump deporta a un hispano, le dicen racista. Pero cuando Israel deporta a una nórdica, todos callan. O se hacen los locos. ¿Será que deportar está bien si al que deportas es un blanco?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *