Baby Shark y el Homo Homeless

En Los Ángeles, un barbero —desesperado por la invasión de desposeídos acampando frente a su negocio— tuvo una idea tan ingeniosa como polémica: colocó un altavoz que reproduce, sin pausa, la famosa canción infantil Baby Shark durante las 24 horas del día. ¿Su meta? Espantar a los homeless de la acera. ¿Y saben qué? ¡Funcionó!

Ahora los desamparados huyen despavoridos del lugar, víctimas de la tortura auditiva a la que los sometió el barbero. Algunos ya han levantado su queja ante los medios: dicen que no aguantan más el «turu tu turu tu». Porque, en la California progresista, si no puedes ofrecerle techo a un ser humano, al menos puedes destrozarle el tímpano con reguetón infantil. Humanismo versión karaoke.

Karma fundido en bronce


En el corazón de Times Square, la justicia decidió cambiar los papeles. Esta vez, no es el acusado quien comparece, sino la acusadora.
¿Casualidad o karma con traje de bronce?
Cuando se usa la ley como garrote político, la ley a veces… regresa a ponerte las esposas.

Del pedestal al calabozo,
el bronce se puso mohoso.
La Justicia fue su disfraz…
y ahora se le cayó su antifaz.

La burra Leticia James

Letitia James decía que “nadie está por encima de la ley”…
¡Y terminó mordiéndose la lengua! Ahora le sacan trapitos bien sucios, justo cuando ella se creía la dueña del tribunal y el látigo.

La que acusaba a Trump de inflar cifras, parece que también le metía aire a las suyas. ¡Qué burrada, Letitia! El burro hablando de orejas… y con las suyas bien paradas.