El Tren de Aragua: destino, CECOT

A los temibles pandilleros del Tren de Aragua se les acabó la fiesta.
Se les fueron los tatuajes… y su bravuconada.
Lo único que hacía falta era un nuevo presidente con los cojones bien puestos.
Y ese no es otro que Papá Trump.

Él los declaró terroristas internacionales, y la ley salió a buscarlos hasta debajo de las piedras.
A los primeros que cayeron, los mandaron sin escalas a Guantánamo, y de ahí, derechito al CECOT, en El Salvador.

Hoy, lo que queda de esa pandilla de criminales está haciendo fila, a la espera de su celda en territorio salvadoreño.
Ellos ahora son lo que ves en la foto: tristes e inofensivos payasitos de un circo de poca pacotilla.