Postal desde El Salvador

Un hombre que fue símbolo. Un nombre que repitieron con rabia, con rabia, con rabia… hasta que se volvió consigna. Padre, mártir, santo civil. Luego, expediente: Kilmar Abrego García.

Hoy no hay marcha. No hay cartel. No hay portada. Solo una imagen.

Una postal enviada desde el CECOT. por el reo expatriado, dice:

«Por favor, no me olviden.»
—Kilmar

Porque los demócratas que lo usaron… ya no lo visitan. Porque los medios que lo glorificaron… ya no lo cubren. Porque los que gritaban su nombre… ahora no quieren ni oírlo.

Y él sigue ahí. En su tierra, El Salvador. Viendo la roncha que él causó desaparecer en el olvido.

Misión: Happy Hour

Otra metida de pata de los demócratas

Llegaron a El Salvador para liberar a Kilmar Abrego García…pero Bukele les tiró la puerta en la cara.
Sin reo que cargar, improvisaron el consuelo:margaritas, sonrisas, y un selfie con el propio Abrego.
Porque nadie está por encima de la ley… salvo ellos. Así se hace política: con limón y tequila.

Esta es la larga fila de representantes y senadores demócratas en camino al aeropuerto a tomar sus vuelos a El Salvador para ir a «rescatar» al marero Kilmar Abrego García.