El Impeachment de los Simios

En una escena digna de zoológico parlamentario, los representantes demócratas Al Green (el gorila con bastón) y Shri Thanedar (el mono de Detroit) protagonizaron el más reciente espectáculo en las escalinatas del Capitolio: lanzar al aire resoluciones de juicio político contra Trump como si fueran papelillos de carnaval. Ambos gritaron con vehemencia, pero ni siquiera sus colegas les prestaron atención. El primero fue censurado y expulsado del pleno; el segundo, presionado por su propio partido, terminó reculando. Nadie los apoya. Nadie los sigue. Nadie los toma en serio.

Así están las cosas en el Partido Demócrata: cada vez más aislados, más fuera de la realidad, más dominados por el odio a Trump que por las ideas. En lugar de conectarse con las verdaderas urgencias de la nación, se refugian en sus patéticos intentos de llevar a Trump a juicio político, empujados por una necesidad infantil de llamar la atención. El país exige soluciones. Ellos ofrecen papelones. ¡Qué vergüenza!

Jueces presos por amor

La mujer del juez contrató a un jardinero del Tren de Aragua y le gustaron tanto sus servicios que quiso compartirlos con su marido. El juez, canoso y complaciente, aceptó encantado. Desde entonces, los tres comparten mucho más que una casita.

Mientras tanto, en Milwaukee, una jueza activista no había encontrado quien le prestara atención… hasta que apareció un ilegal con carita de yo-no-fui. Le robó el corazón y se quedó con algo más que su simpatía.

Y mientras predican desde el estrado sobre leyes, ética y moral, en privado viven telenovelas que ni Televisa se atrevería a producir. ¡Qué vergüenza! Jueces liberales, activistas, zurdos de mierda… dictando justicia con la toga manchada de deseo sexual, de hipocresía y de puro descaro.

Misión: Happy Hour

Otra metida de pata de los demócratas

Llegaron a El Salvador para liberar a Kilmar Abrego García…pero Bukele les tiró la puerta en la cara.
Sin reo que cargar, improvisaron el consuelo:margaritas, sonrisas, y un selfie con el propio Abrego.
Porque nadie está por encima de la ley… salvo ellos. Así se hace política: con limón y tequila.

Esta es la larga fila de representantes y senadores demócratas en camino al aeropuerto a tomar sus vuelos a El Salvador para ir a «rescatar» al marero Kilmar Abrego García.