La burra Leticia James

Letitia James decía que “nadie está por encima de la ley”…
¡Y terminó mordiéndose la lengua! Ahora le sacan trapitos bien sucios, justo cuando ella se creía la dueña del tribunal y el látigo.

La que acusaba a Trump de inflar cifras, parece que también le metía aire a las suyas. ¡Qué burrada, Letitia! El burro hablando de orejas… y con las suyas bien paradas.

MEDICARE: Un monstruo de 4 cabezas

Cumplir 65 en los Estados Unidos de América tiene sus ventajas. Una de ellas, al menos en teoría, es que entras al mundo de Medicare. Pero no te emociones todavía: esto no es una fiesta, es un laberinto con siglas. Un monstruo de cuatro cabezas que, si no te comes con calma, te indigesta con gusto. Aquí van sus partes, bien explicaditas y sin anestesia.

PARTE A:
Es la más básica. Cubre hospitalización, pero no creas que te pone en suite con flores. Cubre lo necesario, lo justo… y a veces, ni eso. Dicen que es “gratis”, pero ya lo pagaste durante toda tu vida laboral, así que no te están regalando nada. No es generosidad, es devolución a regañadientes.

PARTE B:
Cubre doctores, consultas y servicios ambulatorios. Aquí es donde empieza el cobro mensual. Así que sí: para que te vean la cara, primero tienes que pagar. Si no te inscribes a tiempo, te cae penalidad. Como en el colegio… pero con tu salud.

PARTE C (Medicare Advantage):
Un Frankenstein armado por las aseguradoras privadas. Te venden que todo está incluido, pero cuidado: a veces ni el sentido común está cubierto. Requiere autorización para casi todo. Es como tener un seguro… que hay que pedirle permiso para usar.

PARTE D:
Cubre los medicamentos. O parte de ellos. O algunos, a veces. Y cuando más los necesitas, aparece el infame “donut hole”, ese vacío de cobertura donde pagas más y entiendes menos. No es broma: ni el azúcar te lo cubre si eres diabético. Bienvenidos al hueco.


El cuento al revés

Después del estrepitoso fracaso de la reciente película de Blancanieves, debido al rechazo del público que no se pudo tragar a Rachel Zegler, la actriz que, aún antes del estreno, ya caía mal por su arrogancia, sus discursos sobreactuados y su eterna cara de fastidio. Ni los enanitos la querían en el set.

Entonces, en un acto heroico, alguien dijo lo que nadie se atrevía a decir en voz alta: “¿Y si invertimos los papeles?” Boom: Gal Gadot, la hermosa judía, pasó de ser la Reina Malvada, a ser una atractiva Blancanieves… y la insufrible Zegler terminó donde debió empezar: en el caldero de la bruja.

Y santo remedio. El cuento volvió a tener sentido, el público volvió a las salas de cine, y los ejecutivos contentos esperan poder recuperarse del fiasco de esta aventura woke. Así, la belleza regresó al trono, y la amargura a su oscura y tenebrosa cueva.

Zegler dijo que no quería un príncipe que la rescatara. Lo que ella quería era siete enanitos a quien mandar, regañar y poner a trabajar para ella. Pero la cosa le salió mal: terminó de bruja del cuento, sin final feliz… y sin una noche buena.

Jueces presos por amor

La mujer del juez contrató a un jardinero del Tren de Aragua y le gustaron tanto sus servicios que quiso compartirlos con su marido. El juez, canoso y complaciente, aceptó encantado. Desde entonces, los tres comparten mucho más que una casita.

Mientras tanto, en Milwaukee, una jueza activista no había encontrado quien le prestara atención… hasta que apareció un ilegal con carita de yo-no-fui. Le robó el corazón y se quedó con algo más que su simpatía.

Y mientras predican desde el estrado sobre leyes, ética y moral, en privado viven telenovelas que ni Televisa se atrevería a producir. ¡Qué vergüenza! Jueces liberales, activistas, zurdos de mierda… dictando justicia con la toga manchada de deseo sexual, de hipocresía y de puro descaro.

Misión: Happy Hour

Otra metida de pata de los demócratas

Llegaron a El Salvador para liberar a Kilmar Abrego García…pero Bukele les tiró la puerta en la cara.
Sin reo que cargar, improvisaron el consuelo:margaritas, sonrisas, y un selfie con el propio Abrego.
Porque nadie está por encima de la ley… salvo ellos. Así se hace política: con limón y tequila.

Esta es la larga fila de representantes y senadores demócratas en camino al aeropuerto a tomar sus vuelos a El Salvador para ir a «rescatar» al marero Kilmar Abrego García.

Todos quieren ser españoles

Miami sufre de una nueva epidemia que tiene su epicentro en el Consulado de España en esta ciudad. Cada mañana, decenas de personas hacen cola a las puertas del consulado, desde bien temprano, papeles en mano, en procura de un nuevo pasaporte para su colección.

Son ciudadanos naturalizados en los Estados Unidos de América, con casa en el Doral, carro nuevo en el garaje y hasta su tarjeta de Medicare en la cartera. Pero todo esto no les basta. Ahora también quieren la nacionalidad española.

En la fila se pueden escuchar todos los acentos: venezolano, colombiano, argentino, y, por supuesto, el cubano que siempre destaca. Todos ellos buscando su nuevo pasaporte español.

Todo este revuelo es causado por la decisión del gobierno español de otorgar su nacionalidad a todos los descendientes directos de ciudadanos españoles. Nietos y bisnietos pueden solicitar la nacionalidad española, a más tardar en octubre de este año, vivan donde vivan, sin necesidad de haber pisado nunca la madre patria.

¿Amor por la tierra de sus ancestros? ¿Deseo de reconectar con la sangre ibérica?

¡Nada de eso! Lo que buscan es acceso libre a la Unión Europea, a sus beneficios, a la movilidad… y al «por si las moscas» de siempre.

Estos malagradecidos han recibido todos los beneficios que concede nuestro país, pero no se conforman con el Sueño Americano.

Mosquitazo:

También quieren la siesta española.

Y si pueden, el cafecito en Roma y el retiro en Lisboa.

Estos oportunistas se las saben todas:

les sacan provecho a todos los países sin comprometerse con ninguno.

Viven el Sueño Americano, disfrutan a lo europeo…

y se quejan al más puro estilo latino.

Papa Trump

Los medios sociales se incendiaron una vez más con una foto que el mismo Trump colocó de él personificando a un papa. Esta imagen, por supuesto, fue generada por Inteligencia Artificial.

Pues no había pasado mucho tiempo, cuando comenzaron a circular varias fotos similares. Estas son las tres que más me gustaron. Amén.

Habemus Papa: ¿Obamus?

Una vieja profecía vaticinaba que algún día habría un Papa negro. Pues bien, cuando Barack Obama escuchó la historia, no perdió tiempo y se ofreció voluntariamente al Vaticano. Y, aunque no lo creas, el Cónclave Papal aceptó su oferta, decidiendo así elegir al primer laico como Papa.
El humo negro que salió de la chimenea no era señal de fracaso… ¡era de júbilo, por el BBQ que estaban cocinando para celebrar al Papa Obamus.

Desde ahora, el Papa despachará en Martha’s Vineyard, desde su mansión veraniega adaptada con altar, cancha de golf, y cámaras en vivo de CNN. Eso sí: el Papa Obamus advirtió que el peregrinaje de inmigrantes ilegales estará prohibido. Solo se permitirá ingresar a quienes presenten tarjeta de crédito

Mentiras de pronóstico reservado

Estudian 4 años de universidad para hacerse llamar meteorólogos, pero terminan siendo mentirólogos. Sus pronósticos del tiempo son más desatinados que no la pegan ni con cola. Si fueran médicos, tendrían la tasa de mortalidad más alta del planeta. Pero a ellos no les importa: llueva, truene o haga sol, siempre cobran igual. Porque lo de ellos no es la ciencia… ¡es la ciencia ficción!

Un día nos dicen: “Esperamos condiciones variables con posibilidad de chubascos aislados”.

Cuando en verdad quieren decir: No tengo ni idea de lo que viene, pero suena bien profesional.

Al siguiente día nos dicen:

“Una perturbación atmosférica se desplaza desde el suroeste generando inestabilidad en las capas medias.”

Cuando en verdad quieren decirnos:

“Algo raro se está moviendo por ahí… pero no tengo ni idea de qué es, ni pa’ dónde va.”

Y, al tercer día nos dicen:

“Habrá cielo parcialmente nublado con tendencia a mejorar hacia el final de la jornada.”

Cuando en verdad quieren decir:

“Puede que llueva, puede que no… igual sal tú y haz lo que puedas.”

Luego te hablan de la llegada de un frente y uno se queda pensando:

¿Un frente? ¿Frío? ¿Frontal?

Resulta que ellos mismos no tienen ni idea de qué tipo de frente, pero si saben de la espalda… de la espalda de las muchachotas que nos mantienen entretenidos mientras nos engañan con su despliegue de pecho, piernas y espalda. Por lo que uno termina viéndolas a ellas sin prestar atención alguna a sus “pronósticos”, porque, a fin de cuentas, si llueve, está bien. Y si no llueve… ¡también!

Mosquitazo

Dicen que el cielo estará despejado,
y uno termina hasta el cuello empapado.
Pero al ver tantas curvas en primer plano,
¿a quién le importa si llueve temprano?