La piedrota en el zapato demócrata

John Fetterman. Gigante, tatuado, calvo, con hoodie y bermudas, un día salió de la alcaldía de  Braddock, Pensilvania… y terminó en un curul en el Senado. Una figura que parecía sacada de una comedia medieval… hoy es el portaestandarte moral del Partido Demócrata.

Él es el mismo que entró al Senado con derrame cerebral, depresión, y quién sabe qué más. Hoy es la piedrota en el zapato de los demócratas que desean que se calle de una vez y por todas.

En la bancada demócrata, Fetterman es el único que defiende a Israel, se burla del movimiento “woke” y dice lo que piensa… en un partido donde pensar es un pecado capital.

Fetterman es, sin duda, el caso más curioso de nuestra fauna política. Montado en su burro ideológico, con látigo en mano, atiende a las sesiones del Congreso como si estuviera arreando ganado. ¡Y quizás lo esté!

Deporten a la rubia

Estocolmo, Suecia.- No era cubana. Ni venezolana. Ni siquiera africana.Era escandinava. Rubia, blanca, activista y con cara de indignada. Ni el cambio climático salvó a la rubita sueca de ser deportada.

Se subió a un barquito de “ayuda humanitaria” rumbo a Gaza, cargada de símbolos, pancartas y superioridad moral. Quería salvar al mundo… desde el Mediterráneo.

Pero Israel, más práctico que poético, la bajó de su nube. Intercepción, arresto… y deportación. Sin drama. Sin asilo. Sin parole… ¡Sin nada! Solo bastó una palabra: ¡fuera!

A diferencia de este caso, cuando Donald Trump deporta a un hispano, le dicen racista. Pero cuando Israel deporta a una nórdica, todos callan. O se hacen los locos. ¿Será que deportar está bien si al que deportas es un blanco?

Cuidado con lo que deseas

A la caterva de jueces zurdos que intentan sabotear las acciones emprendidas por la actual administración en materia migratoria, les puede salir el tiro por la culata con la extradición del «Padre de Maryland» desde el CECOT en El Salvador.

El Departamento de Justicia finalmente accedió a traer de vuelta a este delincuente para someterlo a juicio, a petición de jueces liberales y activistas. Pero, la justicia lo está esperando con las esposas abiertas, porque sobre él pesan cargos adicionales de tráfico de inmigrantes ilegales.

Los jueces que abogan por el debido derecho de este criminal deben tener cuidado con lo que desean, porque este caso es una bomba de tiempo que les puede explotar en sus propias narices.

Robopen

Ya no hace falta estar en su sano juicio para poder gobernar.
Con un brazo robótico bien calibrado,
las órdenes se firman sin pestañear…
aunque quien debería firmarlas esté tomando una siesta.

La llaman Robopen,
y en realidad era ella quien detentaba el poder:
la primera dama con un autopen firmaba lo que se le antojaba.

Postal desde El Salvador

Un hombre que fue símbolo. Un nombre que repitieron con rabia, con rabia, con rabia… hasta que se volvió consigna. Padre, mártir, santo civil. Luego, expediente: Kilmar Abrego García.

Hoy no hay marcha. No hay cartel. No hay portada. Solo una imagen.

Una postal enviada desde el CECOT. por el reo expatriado, dice:

«Por favor, no me olviden.»
—Kilmar

Porque los demócratas que lo usaron… ya no lo visitan. Porque los medios que lo glorificaron… ya no lo cubren. Porque los que gritaban su nombre… ahora no quieren ni oírlo.

Y él sigue ahí. En su tierra, El Salvador. Viendo la roncha que él causó desaparecer en el olvido.

El Tren de Aragua: destino, CECOT

A los temibles pandilleros del Tren de Aragua se les acabó la fiesta.
Se les fueron los tatuajes… y su bravuconada.
Lo único que hacía falta era un nuevo presidente con los cojones bien puestos.
Y ese no es otro que Papá Trump.

Él los declaró terroristas internacionales, y la ley salió a buscarlos hasta debajo de las piedras.
A los primeros que cayeron, los mandaron sin escalas a Guantánamo, y de ahí, derechito al CECOT, en El Salvador.

Hoy, lo que queda de esa pandilla de criminales está haciendo fila, a la espera de su celda en territorio salvadoreño.
Ellos ahora son lo que ves en la foto: tristes e inofensivos payasitos de un circo de poca pacotilla.